Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

253. El tigre y el hombre (Infantil - Venezuela)

April 10, 2021 Juan Betancur Season 3 Episode 49
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
253. El tigre y el hombre (Infantil - Venezuela)
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Había una vez un hombre que fue a buscar agua al río. Cuando regresó a su casa, se encontró con que el tigre había entrado en ella y estaba allí sentado en el suelo. El hombre, asustado, dio un salto hacia atrás para buscar sus armas, pero el tigre se echó a reír y le dijo:

-No soy tonto, yo te he estado observando desdehace muchos días y sé que tu poder son tus armas, por eso he entrada a tu casa y las he destruido. Así que no las busques mas. 

El hombre vio entonces que el tigre estaba sentado sobre los restos de sus flechas y hachas.

-No temas. He oído decir a todos los animales del bosque que tu te consideras el ser mas poderoso de la región y como yo no estoy acostumbrado a tener rivales he venido a demostrarte que soy más fuerte y poderoso que tú. Así que Acompáñame.

El animal se puso en pie y salió afuera hasta un matorral cercano. Allí se escondieron. Al cabo de un ratito, escucharon unos aletazos y vieron un Pauji que venía volando y se posó en lo alto de un árbol.

El tigre trepó silenciosamente por el árbol, cogió al paují por el pescuezo y regresó junto al hombre.

-¿Tú eres capaz de hacer esto? -le preguntó.

-Sin mis flechas o la cerbatana, no -contestó el hombre. Siguieron escondidos y, al poco rato, escucharon ruido de pisadas fuertes. Un tapir  se acercaba hasta donde estaban ellos.

De un gran salto, el tigre cayó sobre el animal y le dio un solo zarpazo. El tapir murió, y el tigre lo arrastró hasta el matorral.

-¿Puedes matar a un tapir como yo lo acabo de hacer? -preguntó.

-No -dijo el hombre, sin mis armas no puedo. Entonces fueron a la orilla del río, y el tigre sacó su lengua rosada y comenzó a golpetear el agua. Los peces, atraídos, se acercaron y, de un solo manotazo, el tigre sacó unos cuantos enganchados a sus uñas.

-¿Y esto? -le preguntó.

-Sin mis aparejos de pesca, no puedo hacerlo -murmuró el hombre.

El tigre se le quedó mirando y le dijo:

-Bien, ahora te toca a ti, hacer tres demostraciones de tu habilidad. Si yo no puedo imitarte, seremos amigos, pero si no lo consigues, te devoraré.

El hombre estaba pensando en algo, cuando vio que la luna estaba rodeada por las nubes. Le dijo al tigre:

-Mira ahí arriba y espérame aquí, que ya vuelvo.

El tigre, desconfiado, dijo:

-¡Eh!, no me tomes el pelo y huyas, porque te encontraré y te devoraré.

-No te preocupes, que ahora mismo vuelvo.

Se metió en la selva y fue corriendo hasta su casa. Entró y buscó una torta de casabe, que está hecha de almidón de mandioca y es blanca y redonda. Cuando vio que la luna se escondía detrás de las nubes, corrió hacia donde estaba el tigre, le mostró la torta de casabe y le preguntó:

-¿Sabes qué es esto, amigo?

-Pues no -contestó el tigre.

-Mira el cielo, ¡es que no ves que la luna ha desaparecido!

El tigre miró primero donde había estado la luna y, después, la torta.

-¡Ah! ¡Has atrapado la luna! -exclamó.

-Sí -dijo el hombre, y le dio un mordisco al casabe.

El tigre, mirando cómo saboreaba el hombre, dijo:

-Debe de ser sabroso comer luna.

El hombre le dio un pedazo y le dijo:

-Sí que está rica. Come.

Y entre los dos se la comieron entera. El tigre se relamió.

-Qué lástima que se haya acabado -dijo el tigre.

-No importa -dijo el pemón, ahora saldrá otra luna.

-¿Y podré cogerla yo?

-Claro, si haces lo mismo que yo.

-¿Y cómo hiciste?

-Muy sencillo -dijo el hombre. Me subí al árbol más alto y de un salto llegué hasta ella.

Después de que dijera esto, la luna salió de las nubes que la tenían oculta y comenzó a brillar en el cielo.

Apenas la vio el tigre, subió al árbol más alto. Se agazapó y empezó a mirarla, esperando el mejor momento para atraparla y, cuando lo creyó conveniente, dio por fin el gran salto. Pero en lugar de alcanzar la luna, cayó al suelo y se estrelló contra una piedra.&l