Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

275. La princesa y el Frijol (Infantil)

August 04, 2021 Juan Betancur Season 4 Episode 2
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
275. La princesa y el Frijol (Infantil)
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Bienvenidos a había una vez… hoy tenemos un cuento de del escritor dinamarques Hans christian Andersen. Un cuento sobre princesas.

 

Habia una vez un príncipe que so­ñaba casarse un día con la princesa más princesa de todas las princesas. No que­ría saber nada con primas lejanas de un rey, cuñadas segundas de un duque ni nada parecido. Su esposa debía ser la legítima hija de un rey y una reina, que a su vez fueran hijos de reyes y éstos hijos de reyes, y así du­rante siglos.

El exigente príncipe recorrió tantos países como pudo, pero a pesar de que encontró muchas princesas en edad de casarse, ninguna era lo suficientemente noble para su gus­to. Y tras muchos años de búsqueda, se resignó a volver a su palacio y a morir en soledad.

Pocos días después de su regreso, una noche en que había una terrible tormenta, apareció a las puertas del palacio una joven muy bella, empapada de arriba abajo y con harapien­tas ropas. les contó a los guardias que era la princesa de un pequeño país cercano, y que estaba siendo perseguida por su tío, que quería obligarla a casarse con su hijo.

El príncipe le dio refugio, comida y trajes para vestirse. La princesa era muy delicada, tenía muy buenos modales en la mesa y una conversación educada e interesante. Pero nunca nadie había oído hablar de su reino, ni nadie podía asegu­rar con certeza que su historia fuera cierta.

Decidido a salir de las dudas, el príncipe tuvo una idea. Mandó a colocar treinta colchones de pluma apilados unos sobre otros, dos sábanas de seda, cuatro almohadones de plumón, una hermosa colcha de raso y oro, y escondido bien debajo de todo esto, un pequeño frijo.

A la mañana siguiente, durante el desayuno, el príncipe le preguntó a la joven:

-¿Cómo ha dormido esta noche, princesa?

-¡Ha sido terrible! -contestó. ¡No me pude dormir en toda la noche! ¡Había un bulto en mi cama, estoy llena de moretones y me duele todo el cuerpo!

Al oír su respuesta el príncipe supo  que la joven no mentía y que ella era quien decia, ya que sólo una princesa de verdad podía ser lo suficientemente sensible como para notar el frijol  debajo de todos los colchones.
 

El príncipe se enamoró perdidamente de esta respuesta, y pidió su mano en el acto. La princesa, un poco extrañada, aceptó enseguida, ya que le había parecido buen mozo des­de el primer momento, aquella noche de tormenta.

Se casaron y fueron muy felices. Colocaron el poroto en una urna de cristal, y todavía es el tesoro más preciado de ambos reinos.