Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

279. El castigo

August 18, 2021 Juan Betancur Season 4 Episode 6
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
279. El castigo
Show Notes

Había una vez un país donde se decía que le aplicaban el mas cruel de los castigos a los presos. Se decía que todos aquellos que eran encontrados culpables por haber cometido la mas leve de las faltas eran llevados a prisión y que allí en las celdas de la prisión se les oía llorar desconsoladamente todos los días y las noches. 

 

Se decía además que los hombres mas malvados y crueles que eran llevados a prisión, comenzaban a llorar desconsoladamente desde el día siguiente de entrar a su celda. Era tal el temor que despertaba entre los habitantes de aquel país el castigo que se les daba a los presos durante su estadía en la cárcel que los habitantes comenzaron a cumplir con la ley a raja tabla para evitar llegar a la cárcel. 

 

El dolor y los gemidos de los maleantes se oia desde fuera de las paredes de la cárcel e incluso algunas organizaciónes de derechos humanos se estaban empezando a manifestar en contra de aquello que pudiera estar sucediendo en aquellas celdas. 

 

Y la verdad es que lo que sucedia allí era un atentado contra los principios básicos de un ser humano. 

 

Después de que un delincuente había cometido un crimen atroz o simplemente una falta leve y era capturado, era llevado donde un juez que después de seguirle el debido proceso y siendo encontrado culpable sin duda alguna, se le daba al reo dos opciones. Ser ejecutado inmediatamente saliera de el juzgado o ir a la prisión por alguno tiempo no inferior a varios años. 

 

En todos los casos los reos preferían ir a prisión que ser ejecutados inmediatamente, y casi todos hubieran preferido morir a enfrentar la penuria de su tiempo en la prisión, si hubieran sabido los que les esperaba. 

 

Cuando el prisionero era encarcelado en su celda independiente, era primero bañado y alimentado y antes de acostarse se le daba un somnífero para que durmiera bien aquella noche.

 

Pero al despertar sus llantos y gemidos comenzaban y seguían asi por todo el dia y por cada dia de permanencia en la cárcel. Su estadia en la cárcel se volvia una tortura insoportable de llevar, tan amarga que muchos solicitaban a los guardias que por favor los ejecutaran lo antes posible. A lo que los guardias les recordaban que ya habían perdido la oportunidad de ser ejecutados y tendrían que vivir en la cárcel por el tiempo total de su condena.

 

La realidad de aquella pesadilla sin fin de todos los presos no estaba en la celda, ni en la comida, ni en los guardias, ni en la cárcel misma. El dolor provenia de esa simple pastilla que recibían durante la primera noche de prisión. La pastilla era un prodigio de la ciencia. 

 

La pastilla contenia una sustancia que llegaba al cerebro, específicamente llegaba a aquella zona del cerebro que contenia la memoria especifica del hechos que aquel delincuente había cometido y por el cual era considerado culpable. La pastilla borraba permanentemente la memoria de culpabilidad del reo. Le provoca una amnesia de culpabilidad. 

 

Y asi al otro dia, el reo se levantaba en su celda, sintiéndose por primera vez inocente e incapaz de recordar porque lo habían condenado y sabiendo que estaría preso por mucho tiempo sintiéndose genuinamente inocente, comenzaría a llorar desconsoladamente junto a otros miles de presos igualmente encerrados en aquella prisión de mentes Inocentes.