Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

293. Antañavo (Leyenda Madagascar)

September 29, 2021 Juan Betancur Season 4 Episode 20
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
293. Antañavo (Leyenda Madagascar)
Show Notes

Habia una vez en la parte norte de la isla de Madagascar en lo que hoy se conoce como Diana Y SAba una población muy bella y próspera. 

 

Cuenta la leyenda que una pareja de habitantes decidieron tener un bebe y con el tiempo nació un bello bebe que era la felicidad de la casa 

 

 

Una noche cuando la madre se aprestaba a dormir a su bebe, este comenzó a llorar y llorar. La madre comenzó a cantarle como solía hacerlo antes de dormirlo, pero el bebe continuaba llorando, Decidió la madre acostarlo en su regazo,  pero el bebe seguía llorando, finalmente la madre desesperada de ver como el agudo del llanto podías despertar a su marido y  a los habitantes del pueblo decidió salir a caminar fuera del pueblo para que así el llanto de su hijo no molestara a los vecinos.

 

Saliendo de la empalizada que protegía el pueblo de las bestias y posibles intrusos, había una colina y en lo alto de ella un gran árbol de tamarindo. La mujer en su caminata con su hijo llorando llego hasta lo alto de la colina y se sentó en la base del tamarindo. Inmediatamente el bebe dejo de llorar y se durmió en los brazos de su madre. La madre, a la luz de la luna podía ver las sombras de su poblado y espero allí un rato a que su hijo estuviera bien dormido antes de regresar. 

 

Paso no mas de una hora y con cuidado se levanto y caminando muy calladamente llego hasta su hogar pero inmediatamente puso un pie en su cabaña, el niño despertó y comenzó a llorar de nuevo con gritos mas agudos y lastimeros. La madre que ya había identificado que lo podía hacer dormir, simplemente cubrió a su bebe con una manta y se dirigió de nuevo a lo alto de la colina. Y como antes había sucedido  apenas la madre se sentó debajo del árbol de tamarindo su bebe paraba de llorar y se dormía instantáneamente. Como buena madre dispuesta a hacer lo que fuera por su hijo la mujer se acurrucó con el a la sombra de aquel tamarindo y se apresto a dormir.

 

La madre se durmió  junto a su hijo bajo las estrellas, la luna y el suave viento que pasaba entre las hojas del tamarindo. 

 

La noche he hacia cada vez más y más oscura y solo se podía ver el brillo de la luna sobre los techos de los ranchos del pueblo y cuando la mujer estaba bien dormida sintió un sacudon enorme debajo de su cuerpo, alarmada tomo a su niño entre sus brazos y asombrada vio como una enorme mancha negra iba borrando la presencia de las ranchos de su pueblo y se iba tragando  todos y cada uno de los pobladores. Alli donde antes habían casas y habitantes ya no había nada, solo una gran agujero negro que iba creciendo y creciendo hasta justo el pie de la colina donde ella se encontraba con su hijo bajo la sombra del tamarindo. Luego sintió como un torrente de agua iba llenando aquel hueco enorme que existía a sus pies. El bebe mientras tanto seguía durmiendo plácidamente. 

 

A la mañana siguiente, cuando el sol salió, la mujer vio como donde antes existía su pueblo solamente había un gran lago. Triste pero igualmente agradecida de estar viva junto a su hijo, se dio cuenta que había sido su hijo quien la había advertido de la tragedia que se avecinaba. Asi que tomando a su bebe, recorrio un largo trayecto hasta el poblado vecino y allí les conto lo que había sucedido. Y todos corrieron a confirmar lo que ella les contaba y cuando llegaron  y vieron que lo que antes era un pueblo era hoy un lago, el concejo del pueblo declaro el lugar como un lugar sagrado y  prohibió a todo habitante bañarse en sus aguas, y lo llamaron Antañavo.

 

Con los días comenzaron a aparecer en aquellas aguas cocodrilos que según dicen los habitantes son las almas de todos aquellos que perecieron aquella fatídica noche y como respeto a sus almas esta prohibido cazar o hacer daño a los cocodrilos que allí habitan. Algunos incluso aseguran que han&