
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
333. El aguila gallina (infantil)
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Había una vez un granjero que estaba recorriendo su propiedad cuando encontró debajo de una árbol muy frondoso un huevo que se había caído del nido. El granjero que sabía que en aquel árbol anidaba una pareja de águilas reales se sintió muy triste por ver aquel huevo abandonado y sabiendo que el nido estaba tan alto que le era imposible alcanzarlo, tomó el huevo y lo llevó a su gallinero.
Allí con cuidado, lo colocó en el nido de una de sus gallinas del corral que había estado empollando otros huevos. Pasó el tiempo y la gallina calentó el huevo del águila al igual que sus propios huevos, y cuando llegó el momento de salir del huevo, el aguilucho abrió sus ojos y vio a una bella gallina que lo estaba cuidando.
De los otros huevos nacieron igualmente otros tantos polluelos y todos juntos se reunían al calor de la mama gallina que los cuidaba con todo esmero. Inicialmente los pollos y el aguilucho eran muy parecidos y todos aprendieron a hacer los que todo polluelo aprende los primeros días. Aprendieron a escarbar la tierra en busca de pequeñas lombrices e insectos, aprendió hacer pequeños saltos y e incluso a mover sus alas como lo hacían sus hermanos y hermanas y volar escasos metros.
La mamá gallina que siempre trato a todos por igual, no le importaba cuando veía que uno de sus hijas era un poco más grande que las otras y siempre la considero como una más de la familia. Pasado el tiempo el águila se acostumbró a que no necesitaba volar ya que toda la comida la obtenía de los granos que el granjero le servía en el corral. Y era feliz allí viviendo con el resto de gallinas y gallos.
Un dia, el águila vio como sobre el gallinero estaba volando un gran pájaro que ella no había visto nunca y para su sorpresa se dio cuenta que aquel pájaro ira del tamaño de ella, que tenia las alas grandes como ella, que tenía una cabeza y un pico igual al que ella tenia y unas patas con garras como las de ella. Pero lo que más le sorprendió era que este animal podía volar de una manera majestuosa. Con pocos movimientos de sus grandes alas podía remontar los cielos y mantenerse volando a alturas sorprendentes utilizando las corrientes de aire. Volaba alto sin mayor esfuerzo, mientras ella que tenía contextura similar solamente podía volar unos cuantos metros y nunca a mas de 1 metro de altura.
Asombrada, le pregunto a una gallina que pasaba por allí en ese mismo momento, que si por casualidad sabía que tipo de ave era esa. La gallina sin ni siquiera mirar el ave que volaba, simplemente le dijo.
Ja ese ave es un Aguila real. Es un ave muy peligrosa y de la que debemos tener cuidado. Puede raptarlos o atacar a nuestro polluelos así que te recomendaría que te escondieras. Al fin y al cabo nosotros no somos como ella y nunca lo seremos.
El águila que había sido criada como una gallina, simplemente miro hacia arriba y siguiendo el consejo de su disque sabia amiga corrió rauda a el gallinero y allí se escondió, viviendo siempre a ras de la tierra y nunca voló alto como su naturaleza le hubiera permitido.