Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
26. La creación según los indios Iroquois
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento.
Había una vez un mundo Iroquois que estaba completamente cubierto por agua no había sol mi luna Ni estrellas Y no había nada de luz todo era oscuridad. En ese tiempo las únicas criaturas vivientes eran los animales acuáticos tales como el pato, el castor, el cisne, la rata almizclera, el somorgujo o pollo de agua, y la tortuga .
Sobre este mundo oscuro y acuático existía el mundo de los espíritus felices donde vivía Rawenio el gran regente. En el centro de este mundo superior había un árbol gigante. Este árbol era un árbol de manzanas cuyas raíces estaban profundamente incrustadas en el cielo del mundo inferior. Un día Rawenio tiro este árbol gigante y levanto sus raíces creando un agujero en el cielo de el mundo inferior y llamo a sus hija que vivía con el en el mundo superior y le ordeno que mirara hacia abajo por dicho agujero.
La mujer miró por aquel agujero y vio el mundo inferior lleno de agua y rodeado de grandes nubes. el gran espíritu le dijo a su hija que ella debía ir a este mundo de oscuridad y lentamente la hizo descender en aquel agujero que comunicaba con el hoy mundo de los iroquies. La hija de El gran espíritu comenzó a bajar lentamente.
Muy abajo en la oscuridad del mundo del agua los animales flotantes vieron una luz que bajaba lentamente hacia ellos, inicialmente como era la primera vez que veían la luz se asustaron y se escondieron en las profundidades del agua, pero luego subieron a la superficie y perdieron el miedo Y se pusieron a pensar que iban hacer cuando la mujer de luz llegara al agua
Tenemos que encontrar un sitio seco donde ella pueda poner sus pies dijo el castor Y se hundió bajo el agua en busca de alguna tierra pero no lo logró. Trato igualmente el somorgujo pero tampoco lo logro. Luego le tocó el turno a la rata disquera que bajo a las profundidades del agua y alcanzo a traer un poco de tierra en sus patas. Los animales de del agua tomaron esta tierra y la pusieron sobre una gran tortuga. La presionaron firmemente en el caparazón de la tortuga y la tortuga inmediatamente comenzó a crecer y la tierra creció con ella y pronto esta tierra se convirtió en la tierra que habitan los iroquies. Cuentas los iroquies que cuando la tortuga sobre la que se encuentra la tierra se mueve y resquebraja es porque la tortuga sigue creciendo.
Cuando la mujer del cielo ya se aproximaba a la tierra los cisnes blancos se reunieron para que ella se posara sobre sus espaldas y así lentamente la llevara hasta la recién formada tierra.
Después de un tiempo la mujer del cielo dio luz a dos mellizos. El primero que nació fue el espíritu bueno y luego nació el espíritu malo que causo tanto dolor en su nacimiento que la mujer del cielo murió en el parto.
El buen espíritu inmediatamente tomo la cabeza de su madre y la colgó del cielo convirtiéndola en el sol que ilumina la tierra iroquie y luego tomando partes del cuerpo creo la luna y las estrellas y las puso en el cielo nocturno. El resto del cuerpo lo enterró bajo tierra. Por esta razón los seres vivientes pueden alimentarse de la tierra y así crecer y multiplicarse.
El espíritu malo por su parte creo la oscuridad que surge cuando el sol se oculta por el oeste.
El Buen espíritu creo muchas cosas y las puso en la tierra, el espíritu malo trataba siempre de deshacer lo que el espíritu bueno había hecho creando cosas que contrarrestaran la obra de su hermano.
Así, el espíritu bueno creo los árboles grandes y bellos como un pino y el abeto y en cambio el espíritu malo creo arboles con nudos, espina y en algunos puso frutas envenenadas.
El espíritu bueno creo los animales como el Oso y El venado y el espíritu malo creo los animales venenosos como las serpientes y los lagartos para destruir los animales que el espíritu