Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
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707. La ratoncita Niña (Infantil)
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Juan David Betancur Fernandez
elnarradororal@gmail.com
Había una vez en la india un sabio brahmán que paseaba tranquilo cerca de una fuente. El sol brillaba, los pájaros cantaban, y el agua hacía música al caer. De pronto, vio un cuervo dando vueltas alrededor de una roca. El sabio se acercó a la roca y allí escondido y temeroso estaba un: ratoncito
El brahmán lo recogió con cuidado, lo llevó a su casa y pensó:
—Este ratón ha llegado a mí por algo especial.
Entonces, pidió a los dioses que lo transformaran en una niña. Y como los dioses escuchan los corazones buenos… ¡el ratón se convirtió en una niña hermosa y alegre!
El brahmán la crió como su hija. Le enseñó cuentos, canciones, y a mirar las estrellas. Pasaron los años, y cuando la niña creció, el brahmán le dijo:
—Hija mía, ha llegado el momento de buscarte un esposo. Puedes elegir a quien tú quieras, de toda la Naturaleza.
La niña pensó y dijo:
—Quiero casarme con alguien tan fuerte que nadie pueda vencerlo.
—¡Entonces debe ser el Sol! —dijo el brahmán.
Y fue a hablar con el Sol:
—¿Quieres casarte con mi hija?
Pero el Sol respondió:
—Yo soy fuerte, sí… pero la nube me tapa. Ella me vence.
El brahmán fue a la nube:
—¿Quieres casarte con mi hija?
La nube dijo:
—El viento me empuja donde quiere. Él es más fuerte.
El brahmán fue al viento:
—¿Quieres casarte con mi hija?
El viento respondió:
—La montaña me detiene. No puedo pasar. Ella me vence.
El brahmán fue a la montaña:
—¿Quieres casarte con mi hija?
La montaña dijo:
—El ratón me hace agujeros y vive dentro de mí. Él es más fuerte.
Entonces el brahmán buscó un ratón. Lo encontró en el campo, y el ratón dijo:
—¡Claro que quiero casarme! Hace tiempo que busco una compañera.
El brahmán volvió a casa y preguntó a su hija:
—¿Quieres casarte con el ratón, que vence a la montaña, que detiene al viento, que empuja a la nube, que tapa al sol?
La niña sonrió y dijo:
—Sí. Él es el más fuerte.
Y entonces el brahmán pensó:
—¿Para qué la convertí en niña, si su destino era ser ratón?
Pidió a los dioses que la devolvieran a su forma original. Y así fue: la niña volvió a ser ratoncita, y se casó feliz con su igual.